13 sept 2011

El Toro de la Vega, un año más.


Martes y 13, sin duda un día que se asocia con la mala suerte, hoy más que nunca y sobre todo, para este pobre animal.
Hoy se ha celebrado el Torneo del toro de la Vega en Tordesillas. Una celebración que consiste en alancear un toro hasta la muerte, después de haber sido liberado en campo abierto.
Esta tradición fue declarada de Interés Turístico Nacional y Espectáculo Taurino Internacional.
Se le pueden dar mil y una definiciones. La mía es VERGÜENZA. Vivimos en pleno siglo XXI, no en la Edad Media, por lo que no podemos seguir consintiendo una sociedad en la que la crueldad, la violencia y el maltrato animal se considere un festejo.
Y hablo del Toro de la Vega, como de las corridas de toros, los toros al agua o el toro del Acerico, en Coria. Miles de animales que sufren abusos y agresiones hasta la muerte en nombre de la tradición española.
Personas que se sienten orgullosas de su cultura. Sí, sí CULTURA. Porque si les propones ir a un museo, se niegan, pero si vamos a alancear a un toro, la cosa cambia. Porque vivimos en un país en el que no se pueden descargar películas de internet, pero sí torturar animales.
Lo repito VERGÜENZA. Es lo que siento al leer las declaraciones del hombre que ha tenido el "gran honor" de haber matado a un toro en el día de hoy, y que dice sentirse orgulloso. Qué digo orgulloso, dice textualmente "me he sentido como Cristiano Ronaldo". Curiosa comparación, sí señor.
Yo matizaría en que quizá se sienta como Cristiano Ronaldo en el Camp Nou. Sólo que al portugués le gritan "Ese portugués, h... p... es" y al asesino "Zambrano, encefalograma plano".
Una rima muy conveniente. Enhorabuena al tal Zambrano, por seguir contribuyendo a la continuidad de la tortura, y, como ya he dicho, de la vergüenza.

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